“El mayor terremoto de la historia, así lo viví yo”

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Un hombre Caminando por Rikuzentakata, prefectura de Iwate el 18 marzo tras el Tsunami (fuente: Boston.com)

Os adjunto dos relatos muy interesantes de dos amigos que vivieron en primera persona el terremoto, ambos son jóvenes e ingenieros, uno catalán y el otro alicantino, el primero de ellos es profesor en la Yamagata University, a solo 100 km. de la central nuclear de Fukushima, y el segundo vive y trabaja en Tokio des de hace muchos años, y tiene publicado 2 libros imprescindibles para quien quiera entender mejor Japón. Ambos relatos nos ayudan a entender mejor los sentimientos de pánico que tiene una persona que vive un terremoto de 9 grados, y además tienen una fina ironía. Podéis seguirlos vía sus twitters @harriken y @kirai.

Este es una parte del relato de @harriken:

Viernes 14:00

Yonezawa Campus. El terremoto de escala M9.0 me pilla con un café latte en las manos. Y exactamente dentro del ascensor del edificio numero 9 que esta especializado en OLEDs. Este edificio esta en el campus de Yamagata University, a 100Km de Fukushima. Al empezar el terremoto, el ascensor paro automáticamente diciendo: “terremoto”. Y se autobloqueo por seguridad. Salí del ascensor. En ese momento estamos yo, y un colega holandés en el piso 5. Todo esta temblando. El holandés me indica por señas que en caso de terremoto hay que protejerse debajo del lindar de una puerta. Nos ponemos debajo de una puerta.

Después de unos 10 segundos… Pasa algo raro. Este terremoto no es como los demás no para, Sino que va en crescendo. Esto no esta en el guión! – pienso Empieza ha oírse los chirridos de hierro retorciéndose. Como un columpio oxidado… sólo que es la estructura de acero del edificio #9: Semi-panic. Decido que es mejor salir del edificio antes de que se derrumbe. Le grito al holandés la opción de salir. Lets get out!! Dice que no. El holandés no esta convencido. Miro por la ventana: la nieve de los tejados de las casas colindantes se desliza tejado abajo y forma cascadas. Pero es como en cámara lenta. La cascada me recuerda… derrumbe. Tomo la decisión de abandonarle. Salgo del ahora falso cobijo de la puerta, pero no veo la escalera de emergencia. Me giro y le pregunto chillando donde están las escaleras. (es la primera vez que estoy en el edificio #9). Me hace unas señas: La escalera esta enfrente de mis narices a 4 metros. Abro la puerta de las escaleras. Bajo por las escaleras de emergencia. Pero las sacudidas son tan fuertes que si no me agarro a las dos barandillas a la vez puedo caerme. Pero algo me impide agarrar las dos barandillas a la vez. Miro mi mano derecha. Aja!! Me pregunto si alguien me reñirá por esto. Dejo caer el café que llevaba en la mano derecha. El suelo ahora esta “manchiatto”. No importante ahora, pienso. Llego a la planta baja (en Japón lo llaman 1F o F1) veo en frente de mi la puerta de emergencia, y a través suyo el exterior. No se abre. Estoy histérico. Me doy cuenta que no se abre porque tiene un sello de seguridad. Nooo! Quito el sello con la mano derecha. Salgo. Estoy temblando de la adrenalina. 10 segundos después sale el holandés intacto y nos abrazamos de alegría. Fuera del edifico esta lleno de japoneses que han salido de sus oficinas. Nos ponemos analizar la situación con excelente humor. La recomendación prioritaria en caso de terremoto es salir del edificio. Más replicas.

Viernes 15:00

Vuelvo a mi laboratorio. Control de daños. 5% material dañado. PC por el suelo. Cierran la universidad hasta nueva orden para comprobar estructuras de los edificios.

Viernes 17:00

Hay mucha gente por la calle. Han cerrado también las escuelas. Los alumnos están muy contentos. No han llegado las noticias de los tsunamis aun. Todo el mundo esta high.

Viernes 23:00

Nos reunimos unos amigos para ver las noticias de la NHK en grupo. Algunos presentadores llevan cascos. Durante las noticias suceden varias replicas… pero en verdad no son replicas, sino que son otros terremotos de la cadena que va a venir…

Sábado 11:00

Acompaño a la vecina a comprar diesel calefacción y comida. En el super (Yamazawa) no hay pan. Se han acabado los fideos instantáneos y el papel de Water (WC). Ella compra supplies. Yo no compro nada porque siempre voy a comer al restaurante. Después del super, nos dirigimos a la gasolinera: están racionado la gasolina. Solo dan 10 litros por coche. Y 20 litros de diesel calefacción por persona. Hay una larga fila de coches.

Sábado 14:00

Al volver a casa tomo conciencia de la situación grave de la central nuclear de Fukushima así como del daño de los Tsunamis. También nos damos cuenta que muchas ciudades de la zona de Tohoku ( excepto donde estamos) No tienen ni gas, ni agua, ni Internet, ni electricidad. Por ejemplo la ciudad de Yamagata no tiene luz. Los teléfonos móviles no funcionan, pero el email si.

Sábado 15:00

Mi supervisor de la universidad entra en pánico y se va al aeropuerto de Niigata (240km de Fukushima). A donde iras le pregunto? – Donde sea, donde sea me responde. Finalmente me entero que tomo un avión hacia Fukuoka. Primera explosión en la central nuclear. Se agota la gasolina en la ciudad.

Sábado 21:00

Intento convencer a varios colegas sobre la conveniencia de turismo a Niigata o Sakata, just in case y volver el lunes si se normaliza la situación en la central nuclear de Fukushima. Fracaso. Ya no hay gasolina. En el super no queda lechuga ni leche, ni pescado fresco. McDonalds ha cerrado por falta de suministros. Que no llegan porque parte de Sendai ha sido arrasado por un tsunami. Llega un refugiado americano de Sendai a Yonezawa……..

Buscando en las listas de desaparecidos.

José Berengueres (alias @harriken en twitter) es de los que se fue del país y de momento está en Bruselas, ya que su puesto de trabajo está demasiado cerca de la central nuclear. En cambio Héctor García (alias @Kirai), continua en Japón aunque paso unos días de relax en Fukuoka, la zona sur de Japón y mas alejada de la zona nuclear. Podéis seguir en su twitter (@kirai) el día a día en Japón, por que veo que ya vuelve a estar en Tokio otra vez.

Este es una parte del relato de @kirai de su experiencia personal en Tokio:

Trabajo en la planta 11 de un edificio de 12 plantas construido por Shimizu Corporation en el 2009, se supone que está preparando para resistir temblores muy fuertes. Shimizu Corporation es uno de los líderes mundiales en construcciones resistentes a terremotos.

Estábamos en una sala de reuniones en la planta 11, normalmente terminamos la reunión semanal de los viernes a las 15:00, pero ayer a las 14:40 ya habíamos acabado.

Me siento mirando hacia la inmensidad de Tokio tomándome un respiro después de la reunión. De repente noto como que me mareo, pero no soy yo, nos estamos moviendo, es un terremoto. Mi silla se empieza a mover poco a poco, suavemente. Miro hacia atrás y los monitores y escritorios de todos se mueven. No nos asustamos, se supone que estamos acostumbrados los terremotos, todos esperamos a que pare. Normalmente después de unos momentos de meneo todo vuelve a la normalidad. Pero esta vez después de unos 30 segundos de temblor suave, la cosa se empieza a poner más fea.

Vuelvo a mirar hacia fuera, los rascacielos frente a mi vibran. Las antenas y cables de mueven violentamente. Todo Tokio se zarandea frente a mi. En vez de parar, la fuerza del seísmo empieza a incrementar. Las cortinas golpean violentamente las ventanas. Los libros de mi escritorio se caen, mi monitor también, los cajones de las mesas de mi alrededor se abren solos. Me empiezo a asustar de verdad. De repente me doy cuenta que todos mis compañeros están escondidos debajo de sus mesas excepto nuestro vicepresidente que está de pie y nos dice con una sonrisa forzada: “Tranquilos, este edificio utiliza la última tecnología de Shimizu Corporation”. No me tranquilizan nada sus palabras y no se porqué (Seguramente los nervios) me pongo de pie como él, me agarro con fuerza a mi escritorio.

El edificio lleva unos dos minutos moviéndose, el temblor se calma un poco durante unos instantes y aprovecho para salir corriendo al lounge (sala de estar) que está más cerca de las escaleras de emergencia. Nadie se mueve excepto yo, todos están debajo de sus mesas excepto el vicepresidente que sigue de pie agarrando el monitor de su ordenador. Por el camino salto por encima de dos estanterías que se han caído, dejando libros esparcidos por todos lados.

Llego al lounge (Sala de estar) donde también hay mesas y compañeros escondidos debajo de ellas. Me quedo parado de pie y siento como otra vez viene un temblor enorme, el edificio se mueve como un flan. Esta vez no me puedo mantener de pie, la fuerza del terremoto puede conmigo, no solo se mueve de lado a lado, también se mueve todo de ¡arriba hacia abajo! mis pies pierden contacto con el suelo, me siento impotente, siento pánico, siento en mi piel el poderío de nuestro planeta.

Veo las piernas de una compañera de trabajo que me gustaba hace tiempo, está escondida bajo una mesa. Mi instinto o quizás el miedo, me hace tirarme al suelo junto a ella. Ella me ve llegar, con una mano me agarra la pierna con fuerza, con la otra atrapa mi mano izquierda. Siento cierta seguridad al sentir el calor de sus manos, pero dura poco. Nos miramos a los ojos. Sus ojos brillan intensamente, su cara está más blanca de lo normal. En ese momento los dos pensamos “esto es el final”. Nos agarramos con más fuerza, la abrazo, se me cierran los ojos del miedo, cada segundo se hacen eterno, llega el remate final. Nos meneamos como si estuviéramos en una montaña rusa. Incluso sentados en el suelo la vibración del edificio nos arrastra por los suelos. Ruido de libros y cosas cayendo, el agua de la pecera salta por los aires llegando a mojar incluso el techo.

Pasó lo peor, se calmó el temblor más fuerte, pero el terremoto continúa, el agua de la pecera corre por el suelo de toda la sala mojando libros que se han caído de las estanterías, todo el edificio se sigue moviendo pero cada vez menos. Abrimos los ojos, nos miramos fijamente otra vez y sonreímos. Pero al mismo tiempo que sonrío se me caen dos lágrimas. Me tiemblan las manos y la mandíbula, no lo puedo controlar. Ella está más calmada que yo, me tranquiliza diciendo que ya ha pasado lo peor, que estamos bien. Respiro hondo, me acaricia la cara con sus manos dedicándome una sonrisa de oreja a oreja. Me calmo y pienso: “Nosotros, la humanidad somos algo débil y efímero en este Universo” y ella me dice: “Pensé que iba a morir aquí contigo, no se porqué, pero sentí paz en mi interior”. Se me escapan otras dos lágrimas.

Aquí podéis ver los siguientes relatos de Héctor García (@Kirai).

Os adjunto también un interesante articulo en marketwatch.com, en el que se pregunta si en realidad los terremotos en el planeta suelen venir muy seguidos, como si hubiese unos vasos comunicantes en la tierra. La teoría geológica describe como totalmente aleatoria la aparición de un terremoto, pero si os fijáis muchas veces los terremotos e incluso los volcanes del plantea suelen aparecer consecutivamente. Fijaros que pocas semanas antes del japonés hubo un enorme terremoto en Nueva Zelanda que causo grandísimos daños, y pocos días después del de Japón vino otro terremoto en Chile. En este artículo describe estas fatales coincidencias, y se pregunta si es mas probable que ocurra un terremoto en California.  Por ultimo aquí tenéis algunos gráficos y estadísticas del impacto del terremoto y crisis nuclear en la Bolsa de Tokio.

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