Dow Jones industriales, chart atentados Torres gemelas septiembre 2001.
Estaba sentado en el sofá en mi casa a las 15h cuando vi los aviones estrellarse en directo. Como todos los 11 de septiembre, era fiesta en Cataluña y por tanto no estaba en mi trabajo sino que en casa y no pude reaccionar ante una catástrofe como los atentados al corazón financiero y político norteamericano. Las acciones europeas, con los todos los mercados abiertos se desplomaron en segundos. La bolsa norteamericana, en un hecho sin apenas precedentes, no abrió hasta el 17 de septiembre. Tras varios minutos reflexionando me di cuenta que era imposible tomar ninguna decisión y no realicé ninguna operación ni de compra ni de venta en ese momento de pánico. Estos son días donde o poco o nada se puede hacer y la experiencia suele aconsejar no tomar decisiones apresuradas.
Como todo el mundo estuve contemplando las pavorosas imágenes de ambas torres desplomándose y tratando de imaginar como seria el mundo en las próximas semanas y meses para tomar las mejores decisiones de inversión. Al cabo de unas horas, me vino a la mente un hecho del que no se ha hablado apenas. Me acordé que los días y semanas anteriores al 11 de septiembre, las acciones no paraban de caer. Es cierto que el mercado se encontraba en una clara tendencia bajista, pero uno de los sectores con mayor presión vendedora fue el sector de seguros y en especial el reasegurador. Acciones como Allianz pero especialmente Munich Re y Swiss Re, reaseguradoras ambas, llegaron a caer algunos días cerca del 10%, porcentaje totalmente extraordinario en empresas tan enormes y de menor beta que los índices. En medio del pánico del 11-S pensé “quien ha tenido la suerte, el acierto o la información de vender acciones del que sería el sector mas afectado en bolsa?” Las reaseguradoras, son las aseguradoras de las aseguradoras con quien contratan los grandes riesgos que por su tamaño no pueden ser asumidas por sus balances y modelos de riesgo, incluyendo las catástrofes. Por su naturaleza y a pesar de su potencia financiera, fueron algunas de las acciones más afectadas por los atentados.
La bolsa norteamericana comenzó a caer con fuerza dos semanas antes del 11-S, (fuente: DecisionPoint.com).
También se produjeron movimientos anormales en el mercado de opciones de sobre acciones en los días anteriores de los atentados. Por ejemplo, se contrataron una cantidad anormalmente alta de opciones PUT (opciones de venta) de varias compañías de aerolíneas norteamericanas. Estas opciones te permiten beneficiarse de una fuerte caída en las cotizaciones de esas acciones. De hecho, las compañías aéreas cayeron en el primer día en el entorno del -40%, (United Airlines un -42%).
En el gráfico superior podes ver como una de las 2 mayores reasegurados mundiales, Munich Re cayó más del 15% en los días anteriores al 11-S. También la aseguradora alemana Allianz sufrió oleadas de ventas los días anteriores.
La SEC realizó un investigación para analizar los movimientos bursátiles anteriores al 11-S pero lo cerró sin conclusiones claras. Esos días pensé que Al Qaeda podría haber tomado posiciones bajistas en bolsa y financiar su organización con unos beneficios estratosféricos, sabiendo lo que iba a ocurrir. ¿habrían sido capaces de planificar el atentado mas impactante de la historia, con un presupuesto tan bajo, usando aviones comerciales y además obtener beneficios millonarios operando en los mercados financieros? Difícil creerlo, aunque seguramente que nunca lo sabremos. ¿Quién más podía tener una información privilegiada de este tipo?.
Las perdidas solo en las propiedades inmobiliarias se calcularon posteriormente en unos $21.800 mill., y los costes para las compañías de seguros en unos $19.750 mill. Estos son sólo los costes directos. El índice S&P 500 cayó, en las primeras cinco sesiones tras abrirse la bolsa, un -11,6%, lo que suponía una pérdida de $1,4 trillones (anglosajones).
Es una imprescindible lección histórica analizar las reacciones de los inversores, de los reguladores, de las autoridades y de la economía en su conjunto, ante una situación de pánico y de sentimiento de guerra mundial en ciernes. Con el tiempo hemos sabido mucha información de la actuación de la FED en los minutos, horas y días posteriores al colapso.
En el momento del atentado, Alan Greenspan se encontraba en un vuelo comercial sobrevolando el Océano Atlántico, tras acudir a una reunión de bancos centrales en Suiza. Vale la pena recordar que no existía el wifi en los vuelos en 2001. En su libro “The age of turbulence”, el propio Greenspan relata sus pensamientos y actuaciones ese día:
“Tras comunicarme lo que ocurría en Nueva York, un ex-agente secreto que me acompañaba, me llevó ante el capitán del avión suizo, quien me comunicó que volvíamos a Zúrich. Sin poder comunicarme con nadie, durante esas 3 horas y media de tiempo de regreso a Europa, pensé en la seguridad de mi mujer, y la de mis colegas de la FED. La posibilidad de una crisis económica era evidente y lo peor, aunque altamente improbable, sería un colapso en el sistema financiero. La Reserva Federal se encarga del sistema de pagos electrónicos, el cual transfiere más de $4 trillones de dinero y activos financieros entre los bancos norteamericanos y tambien con los internacionales. Siempre habíamos pensado que quien quisiera hundir la economía norteamericana debía desactivar el sistema de pagos electrónico. De conseguirlo, la actividad económica se paralizaría. Durante la “guerra fría” y como precaución a un ataque nuclear, la FED creó una infraestructura de sistemas duplicados y copias de seguridad, para que el sistema de pagos pudieses funcionar desde otro banco de la Reserva Federal en ciudades lejanas.
Cuando aterricé en Zúrich, llamé a la FED para hablar con Roger Ferguson, que como imaginaba había seguido el protocolo de actuación y tenía la situación controlada. Llamé entonces a Andy Card, el jefe de staff de la Casa Blanca para pedirle transporte para volar a Washington………En los días posteriores al atentado, todos los datos obtenidos del sistema de pagos alertaba que la población había parado completamente sus gastos, excepto para acumular comida, bebidas y contratar nuevos seguros……El lunes 17 de septiembre, la bolsa de Nueva York pudo reabrir con éxito la contratación de acciones a solo tres manzanas de la “zona cero”. Los primeros datos económicos fueron muy negativos hasta noviembre y en diciembre 2001 la economía USA volvía a crecer. La FED había bajado los tipos de interés para apoyar a la economía. Una de las grandes enseñanzas del 11-S es la gran fortaleza de la economía norteamericana…..”
El texto a continuación es una completa recopilación sobre la actuación de la FED minuto a minuto, basada en todos los informe oficiales, documentos del Congreso, etc.. Es un documento imprescindible como pocos para entender como circula la sangre del sistema bancario y financiero:
En el momento del atentado solo el vicepresidente Roger W. Ferguson Jr., había acudido a las oficinas de la FED. Ferguson tuvo un papel muy relevante aquel día, en el que tanto Greenspan como George Bush estaban tan alejados del centro de mando de Washington. Cuarenta y un minutos después que el segundo avión golpeara el World Trade Center, el vicepresidente de la FED emitió un simple y clara declaración a través de Fedwire, a todos los bancos e instituciones miembros asegurándoles que el sistema de transferencia de fondos federales era “totalmente operativo” y que los bancos de la Reserva Federal permanecerán “abiertos todo el tiempo necesario.” Greenspan en ese momento ni sabía sobre el atentado al estar en un vuelo transoceánico.
Roger Ferguson, al lado de Alan Greenspan, fue la persona clave en la gestion de la FED tras los atentados del 11-S.
Mientras tanto, la situación de la Reserva Federal de Nueva York en pleno Wall Street era mucho más caótica. El personal clave, equipados con radios de frecuencia especiales estaban en contacto continuo con los miembros de la FED de New Jersey donde se ubicaba los “backups” o copia de seguridad. Debían estar preparados para aceptar la responsabilidad operativa del Banco. Abajo, en el vestíbulo del edificio comenzaron a llegar peatones heridos que eran tratados por el personal médico de la FED. El personal colaboró en medio del caos repartieron máscaras faciales y toallas de papel húmedas para los sobrevivientes cubiertos de ceniza. La FED de NY continuó alimentando el personal de bomberos y policía durante todo el día.
Ferguson habló con los miembros de la Junta y del Comité de Mercados Abierto (FOMC) y para el mediodía, la FED hizo público un comunicado clave para dar confianza en medio de la gran confusión:
“El Sistema de la Reserva Federal está abierto y en funcionamiento. La ventanilla de descuento está disponible para satisfacer las necesidades de liquidez.”
La ventanilla de descuento es un instrumento clave. Cada Banco de la Reserva Federal fue instruido para contactar con todos las instituciones financieras de depósito para averiguar cuando tendrían que pedir prestado a la ventanilla de descuento en la noche del 11 de septiembre.
Ferguson había sido el responsable del Comité del efecto año 2.000, que analizó el miedo a una caída de los sistemas informáticos globales con el cambio de siglo. Esta experiencia sin duda le ayudó a gestionar mejor la situación de pánico del día 11-S.
La FED de Chicago también tuvo un papel relevante, haciendo lo indecible para proporcionar un back-up al sistema y ayudar a mantenerlo en funcionamiento. Gordon Werkema, un vicepresidente de la FED de Chicago dijo: “El cierre de la FED sería como cerrar los bomberos porque hay demasiados incendios.” Con la población en pánico, no permitir a la gente y a las empresas operar, realizando pagos y cobros bancarios, no era precisamente la mejor opción.
Al Bank of New York, conocido popularmente como el “Bony”, se le cayó completamente el sistema y su red de cajeros automáticos no estuvieron otra vez operativos hasta el día 19 de septiembre. El banco devolvió a todos los clientes las comisiones por operar esos días con cajeros de otras entidades.
El día 12, amaneció con la FED de NY trabajando gracias al backup de la FED de New Jersey. Alan Greenspan había regresado a Washington en un vuelo militar especial y ya presidió la reunión del FOMC. Ferguson fue una persona clave en mantener el sistema bancario y financiero en pie. Tras la llegada de Greenspan, se retomaron las operaciones de mercado abierto, la FED básicamente compraba bonos papeles de Tesoro para proveer de liquidez al sistema
La FED de Chicago, llegó incluso a realizar un préstamo directamente a una gran empresa que no podía pagar sus nominas, hecho totalmente inaudito. El reembolso se haría inmediatamente después de volver a normalizarse el sistema.
Como se puede ver, el hecho que la FED es una institución menos centralizada fue quizás la clave para sobrevivir perfectamente a un pánico sistémico. La FED de Chicago y la de New Jersey en especial, jugaron un papel muy relevante. Todo el personal de la FED en cada estado trabajaron incluso de madrugada, realizando un seguimiento y planificación individualizado de las necesidades de los bancos privados que a su vez canalizaban las necesidades financieras de los ciudadanos y empresas.
La FED distribuyó con su flota de camiones cantidades enormes de billetes, aunque en los días posteriores el uso de billetes por la población fue un 40% inferior a lo habitual con lo que los bancos tuvieron excesos de billetes en sus cámaras. La operativa con tarjeta de crédito funcionó sin problemas y se noto un aumento de compras de alimentos y de gasolina, aunque la mayoría de gente no salió ese fin de semana.
La FED de New York, a tan solo cuatro calles de la “zona 0”, liberó al personal no imprescindible tras asegurar el funcionamiento del sistema, pero el día 13 los bomberos obligaron a evacuar a todo el personal por miedo a un posible derrumbe. Como ya he recomendado alguna otra vez, si vas a New York no dejes de visitar este edificio en el centro de Wall Street, donde se han producido las históricas reuniones de salvamento de Bear Stearns o Lehman Brothers, y donde sus sótanos almacenan una parte del oro de los Estados Unidos y de otros bancos centrales.
Aquí podéis leer el relato completo de la actuación de la FED.
Finalmente, Bram, Orr, y Rapaport (2002) estimaron que los daños totales por los gastos de limpieza, reparaciones y destrucción del World Trade Center y otros edificios osciló entre $33.000 mill. y 36.000 mill. hasta junio 2002. Kogan (2003), sin embargo, estimó que el coste total para el gobierno norteamericano, incluyendo el aumento de gasto en seguridad y gasto militar y las guerras de Afganistán y Iraq alcanzaron la cifra de los $220.000 mill. hasta 2004.
La semana en los mercados
[…] Historiasdelabolsa: el 11S […]